La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 cumple sus 95 años. En la sección XXVI del artículo 123 se hace referencia al tema migratorio; sin embargo, su contenido no ha cambiado a pesar de que el documento original ha sido reformado en 200 ocasiones.
En síntesis se plantea la necesidad de un contrato de trabajo, legalizado por las autoridades mexicanas y el consulado que represente al país en el territorio adonde se dirija el trabajador. Queda claro que los gastos de regreso a México, después de concluir el periodo acordado, estarán a cargo del empresario firmante.
Tal vez, cuando se estableció la Constitución el 5 de febrero de 1917, tal pronunciamiento podía resolver la situación migratoria de entonces. Los momentos más notables de la migración hacia Estados Unidos coincidieron con la Revolución Mexicana de 1910 y las posteriores urgencias de la industria militar norteamericana como respuesta a la Primera Guerra Mundial.
Con la desestabilización económica de la Gran Depresión, muchos se vieron obligados a regresar al territorio mexicano. En la actualidad ocurre algo parecido. No obstante, el flujo de migrantes a Estados Unidos no se ha detenido ni en tiempos de crisis; se estima que en ese país viven más de 30 millones de personas originarias de la nación azteca. Tampoco los problemas en la frontera norte han disminuido. ¿Requerirá la Constitución de México una actualización en materia migratoria?
Foto: flickr
Desconozco la situación migratoria entre Mexico y Estados Unidos, fuera de las noticias que aparecen en la prensa y que supongo que darán una visión esquemática de la realidad. Me pregunto si esos treinta millones de mexicanos emigrados a Estados Unidos, olvidan su origen y se integran vitalmente en la realidad norteamericana o siguen conservando su sentido de pertenencia a la nación azteca. Me admira la capacidad de asimilación de Estados Unidos y el sentimiento de orgullo que produce el pertenecer a dicha realidad política. En cuanto a Mexico, como digo, desconozco todo lo relativo a su constitución ni a su realidad política fuera de lo más visible, que imagino sesgado y elemental.
ResponderEliminarMuchos de los emigrantes mexicanos conservan sus costumbres, no sólo en Estados Unidos sino también en otros países donde viven. La música, el baile y la comida se han integrado a la realidad de las naciones que los reciben. No obstante, ese sentido de pertenencia lo van perdiendo sus descendientes, quienes ven mejores perspectivas de vida cuando adoptan la cultura del país receptor.
ResponderEliminarPor supuesto, la realidad es mucho más rica que lo que transmiten las televisoras y sus noticiarios.