(aconant) |
La primera vez que escuché la frase "fuga de cerebros" me pareció enigmática. La asocié con historias de ciencia ficción, tema que siempre me ha atraído. Con el tiempo empecé a entender su verdadero trasfondo y lo útil que resulta como instrumento de manipulación política, económica y social.
Por supuesto, este fenómeno migratorio se produce, principalmente, desde los países menos desarrollados hacia los de mayor desarrollo. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, cada año dejan el continente africano unas 20.000 personas con estudios calificados, buscando mejores condiciones de vida.
Generalmente, cuando se habla de inmigrantes la atención se focaliza en las personas de bajos ingresos y escaso nivel escolar. Sin embargo, hay estimaciones de que la mayoría de los que murieron en el 2011 al cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos fueron personas con estudios de nivel medio y superior.
El gobierno mexicano se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto, sobre todo en lo que corresponde a la protección de los inmigrantes en el territorio nacional. Para favorecer la seguridad de las personas procedentes de naciones como Belice y Guatemala, se está propiciando la entrada legal al país mediante la expedición de permisos migratorios para trabajadores en la frontera.
Los países desarrollados estimulan la migración de personal calificado hacia sus territorios. Canadá y Australia, por ejemplo, sobresalen entre las naciones con mayor cantidad de inmigrantes con un elevado nivel educativo. Estados Unidos también tiene una política migratoria que da preferencia a los profesionales de distintas partes del mundo; no obstante, presentan mayores posibilidades de éxito aquellos que dominan el inglés.
China y España: procesos migratorios inversos
China no deja de sorprendernos. De ser un emisor de migrantes se ha convertido en un receptor no sólo de los que regresan después de un tiempo fuera del país, sino también de los extranjeros que deciden probar suerte en el gigante asiático.
En España ocurre lo contrario. El Instituto Nacional de Estadísticas reportó en condiciones de paro al 13.65 por ciento de personas egresadas de nivel superior. No es difícil prever que muchas de ellas decidan buscar empleo en otras naciones menos afectadas por la crisis.
El problema está en que los españoles envejecen y no tendrán el refuerzo necesario para sustituirlos en el trabajo, porque los residentes extranjeros también empiezan a abandonar el país.
Un dato interesante: España podría requerir 3000 profesionales sanitarios más de los que egresan de sus facultades cada año. ¿A cuántos españoles les tocará la misma experiencia de los tantos migrantes que hasta hace poco llegaban al territorio peninsular?
¿Usted, como profesional, emigraría si la situación económica de su país empeorara?