¿Qué es la guerra para el que no la conoce de cerca? Puede ser un pedazo de imagen que satura la televisión, un destello de lástima por el que sufre, una lágrima producto del recuerdo, una amenaza que calienta la sangre y se vierte en los carteles de protesta o, simplemente, un abrazo para proteger al hijo inocente de la verdad en la pantalla.
¿Por qué nos vamos a la guerra? ¿Por patriotismo, por egoísmo o dinero? Quizá el desconocimiento nos enrola en la contienda, el enojo por dentro, la aventura violenta, el honor, las ideas políticas de otros que se hacen nuestras.
Mis pensamientos se nutren de un domingo de paz en el teatro con un tema de guerra. ¡Qué lástima! Muchos niños no saben ni sabrán de esta obra. Los pequeños, en su momento, librarán su propia guerra y, desde ahora, hay que brindarles herramientas para que triunfe la conciencia.
Niños contra prejuicios
En la Guadalajara de México, las calles descansan los domingos, por lo menos, del apabullante tráfico. Sin embargo, en el Teatro Guadalajara del IMSS se habla de violencia, la más cruda; pero se hace de manera distinta: con música producida en vivo por Héctor Aguilar y que brota de la tabla de cajón, el metal y la flauta, con los juegos de luces que transforman los días sobre el escenario, con la ropa que viste la gente cotidiana.
Niñas de la guerra, una pieza escrita por Berta Hiriat y bajo la dirección teatral de Susana Romo, no se queda en la periferia de los conflictos militares, penetra en los motivos que los provocan, en los problemas de comunicación humana y en el temor de las personas a lo que no están acostumbradas. Por suerte, los niños no se encierran en cajones como los que apuntalan las tendederas de la historia de Luisa y Vera, personajes que, gracias al excelente desempeño actoral de Paloma Domínguez y Meztli Robles, logran la interacción con el público.
Nopasanada, apropiado nombre para un sitio con las mismas emociones de siempre. Sólo la inexperiencia de Luisa y la experiencia de su abuela permiten cambiar la visión intransigente de los vecinos que se oponían a la permanencia de Vera en el pueblo.
¿Qué impide la aceptación hacia quienes emigran a consecuencia de la guerra o de otras situaciones? ¿Cuáles son los temores de la población autóctona? ¿Qué se gana o se pierde con las migraciones? En Niñas de la guerra, no existen respuestas que no se hayan dado anteriormente; la novedad está en los recursos creativos y en el lenguaje que fascina y enamora a las familias..., a los niños por delante.
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