viernes, 25 de octubre de 2013

Crónicas de un inmigrante solo (I)

He abandonado mi blog

Aunque en todos estos meses  he entrado a sus páginas para sentir que aún me pertenece, no he sido capaz de dedicar una sola letra a mis lectores, a quienes agradezco el hecho de mantenerlo vivo con sus visitas. El mismo tema que lo vio nacer es el que me alejó de la escritura. Mi vida de inmigrante también enfrenta los escollos del extranjero que lucha por su necesaria integración al medio que lo rodea. 

Un día me dije: es imprescindible hacer un alto, algo no está funcionando. Llegó el momento en que los años pasan aceleradamente. Además, he logrado muchas cosas buenas, pero no estoy conforme. Seguramente, no soy el único en esta situación. Aproximarse al medio siglo de vida tal vez sea sólo un detalle, porque en la actualidad nos hacemos viejos más tarde; sin embargo, corren tiempos agobiantes para todas las edades. La competencia para subsistir es cada vez más cruel. No quiero ser catastrófico, pero la realidad me ha golpeado últimamente.


El hecho es que quise probar suerte en otros espacios, en otros territorios dentro de la inmensidad que representa vivir fuera del país que te dio vida. Cambié de ciudad. De Albuquerque (el desierto) a Miami (el mar). Ya son nueve meses sobrellevando la soledad que implica alejarte de la familia. Otra vez la lejanía. Antes la de los progenitores, ahora la de los descendientes.  Lo mejor de todo está en la experiencia de empezar de cero: nueva vivienda, incesante búsqueda de empleo, calles desconocidas, nuevos compañeros de trabajo, rezar para no enfermarse…

Ciudad de Miami. JessicaGale/morguefile

Todavía no puedo decir si mi decisión de buscar otros horizontes haya fructificado lo suficiente como para influir en mi futuro próximo. No obstante, el cambio me ha alimentado espiritualmente. Mis fuerzas se han movilizado para enfrentar retos distintos. Aunque el desenlace de este viaje me está llevando al punto de partida, al regreso, al mismo sitio, he crecido explorando otros caminos. Es tiempo, entonces, de compartir en estas páginas las vivencias más significativas. 

Hoy estoy de vuelta.





2 comentarios:

  1. Hace tiempo que no me pasaba también por mi blog y por los blogs amigos. Desconocía tu cambio de localización. Ahora vives en Miami solo, alejado de los tuyos. Desconozco muchas de tus circunstancias, pero tu situación me resulta afectivamente cercana. Te imagino perdido y aislado en la soledad de la gran ciudad, en la que solo sirve para sobrevivir tu propia potencia personal y tu sentido del humor, ese que crees que todavía tengo aunque reprimido. Iré siguiendo tu deambular por esas tierras. Tus circunstancias me son todavía desconocidas. Pero las iré resolviendo a medida que te lea. Saludos.

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  2. A veces resulta complicado vincular nuestras inquietudes intelectuales con esas circunstancias que se nos presentan en la vida y que nos obligan a tomar otros derroteros. Intentaré ser más fiel a mis emociones que a las exigencias del tiempo y la cotidianeidad. Trataré de nutrir esta página cada vez que pueda. Gracias, Joselu, por apoyar este proyecto con tus comentarios.

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