"No elegí ser profesor"
"Un aula es una radiografía de la especie humana"
"La Literatura será solo para unos pocos"
"...somos un país mediano, con bastantes aspectos de pobreza."
Decía Paulo Freire, educador y pedagogo brasileño, que la enseñanza exige compromiso. El maestro no puede ser un simple transmisor de conocimientos que con el tiempo pierdan su vigencia. Precisamente, esa es una de las premisas de José Luis González Varela, quien se esfuerza por crear el entorno educativo adecuado para propiciar en sus alumnos una conciencia crítica.
Joselu, como se le conoce en las redes sociales, imparte Lengua y Literatura Española en el Instituto María Aurélia Capmany de Barcelona, España. Esta institución recibe un gran número de estudiantes inmigrantes procedentes fundamentalmente de Marruecos y América Latina.
En su blog Profesor en la Secundaria, Joselu describe las vivencias y preocupaciones que bien pudieran coincidir con el quehacer de cualquier educador, independientemente del país donde viva. También muestra su pasión por los valores primordiales que el ser humano debería defender.
¿Por qué decidiste ser maestro?
No elegí ser profesor. Fue la única salida que tenían mis estudios de Filología y así me vino impuesto por la realidad. Cuando yo estudiaba, nunca pensé en ser profesor. Me gustaba la literatura y leer, pero no imaginaba que estaría en un aula frente a alumnos. Sin embargo, cuando tuve que hacerlo, me di cuenta de que me gustaba, especialmente al empezar a dar clases en la enseñanza pública. Estuve dos años en la privada, pero no guardo un gran recuerdo de aquello. Mi epifanía como profesor tuvo lugar en un pueblo de Barcelona, donde fui consciente de la pasión que despertaba en mí ser profesor.
Esta frase la he tomado de uno de tus comentarios: "Como profesores tenemos una responsabilidad, la de alumbrar humanamente a nuestros alumnos además de enseñarles materias". ¿Cómo pones en práctica esta idea?
¿Que cómo la pongo en práctica? Como puedo. Intentarlo lo intento, pero nuestra voz no llega necesariamente a sus destinatarios. Nos separa ese estado de confusión que es la adolescencia en que todo se ve desenfocado. A veces logramos alumbrar humanamente a nuestros alumnos y otras no lo hacemos. No podemos, bien sea porque el profesor no tiene la potencia suficiente debido a que está en crisis o porque los alumnos no están en onda para captar nuestros mensajes. Entre los alumnos hay de todo, existen todas las calidades humanas posibles. Los hay maravillosos, tenaces, sedientos de saber, y también los hay rastreros, envidiosos, llenos de malos sentimientos. Un aula es una radiografía de la especie humana. Quizás todavía viven un momento en el que pueden ser influidos, pero dudo que esto sea posible si no hay una predisposición del ánimo para recibir ese intento de alumbramiento.
También has comentado que "los alumnos de hoy tienen menos capacidad interpretativa, menos paciencia, menos concentración, son un desastre expresivo y ortográfico". ¿Qué futuro le ves entonces a la enseñanza de la Literatura en las escuelas?
Pues no muy buena. Leer no gusta en general. Hay muchos artilugios que captan más su atención que un humilde libro con mensajes más o menos críticos. Es más sugerente la play, la Xbox, el móvil, la nintendo, los videojuegos en general. La literatura será solo para unos pocos. A mis alumnos de bachillerato no les entusiasma la literatura, ni se compran los libros de lectura. Eso ha pasado a la historia. Todo esto no impide que nosotros como profesores sigamos intentándolo. Es nuestro deber urdir estrategias para conseguir llevarles a la lectura. Pero me has preguntado y he sido sincero.
La era digital brinda herramientas a quienes nos hemos propuesto educar a las nuevas generaciones. ¿Entre tantas aplicaciones y aparatos tecnológicos, cuáles utilizarías para tus clases de Literatura? ¿Cuáles desecharías definitivamente?
Yo me sirvo de Edmodo para comunicarme con mis alumnos. Allí les cuelgo las tareas, los materiales, mis mensajes, los exámenes (que se pueden responder online)... Les hago componer glogs y a veces uso los blogs con mucho aprovechamiento. Alguna vez, los wikis. Por supuesto también utilizo el correo electrónico. Hay muchas aplicaciones interesantes. En cuanto a desechar, no sé. Lo cierto es que antes empleaba mucho el blog de la clase, pero he dejado de tener tanto interés como al principio cuando iniciábamos el camino. Yo los empecé a utilizar hace siete años cuando todavía era novedad.
Has escrito sobre el desinterés que muestran algunos de tus alumnos inmigrantes. ¿Será la manera en que protestan por encontrarse lejos de sus países de origen o tendrá que ver con sus carencias educativas?
Yo no sé si he dicho (creo que no) que mis alumnos inmigrantes muestren desinterés. Hay de todo. Hay niños extraordinarios, tenaces y luchadores y hay otros que son todo lo contrario, como entre los españoles que no son precisamente un ejemplo de valores positivos. En mi instituto, el sesenta por ciento o más es inmigrante. Y no me encuentro a disgusto. He reflexionado intensamente sobre las chicas y el islam en algunos post de mi blog. Es un tema que me ha interesado mucho. En mi centro hay una buena integración de los inmigrantes. No son extraños.
¿De qué países son tus alumnos inmigrantes?
Sobre todo de Marruecos. También de países como Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, República Dominicana. Hay algunos pakistaníes, georgianos, chinos, portugueses.
¿Cuál es tu percepción sobre los procesos migratorios? ¿Ha cambiado tu visión sobre este tema cuando, una vez más en la historia de España, muchos de tus compatriotas se han visto obligados a emigrar?
Supongo que durante años pensamos que solo éramos un país receptor de flujos migratorios y ahora vemos que somos nosotros, nuestros hijos, los que tienen que emigrar. Es una buena lección. Sí, ha sido toda una experiencia que nos ha llevado de cierta prepotencia a saber realmente dónde estamos en el mundo. Y lo cierto es que somos un país mediano, con bastantes aspectos de pobreza.
En tu blog se percibe un alto grado de nostalgia por el pasado. Sin embargo, me gustaría que te pusieras en el lugar de los jóvenes. Imagina que tienes 20 años. ¿De qué manera actuarías ante la modernidad? ¿Qué estilo de vida asumirías?
No sé si de mi blog se desprende un alto grado de nostalgia por el pasado. Mi blog son ocho años y más de 600 post. Mi blog no es una publicación de tesis pedagógicas sino que más bien plasma la evolución existencial de un profesor que asiste a veces con entusiasmo, a veces desgarrado, a su realidad educativa, y la sufre y la goza. He querido reflejar el mundo interno de un profesor desvelándome a veces en lo que ha sido calificado como desnudamiento interior. He pasado depresiones y momentos de éxtasis. En el blog ha ocurrido de todo. Creo que es un blog muy contradictorio del que no puede desprenderse ninguna tesis. Sí, es cierto que he vivido en el pasado experiencias magníficas con mis alumnos, pero no los cambio por los que tengo ahora que me absorben y me dan vida. También es cierto que mi carácter, entre melancólico y exaltado, puede dar la impresión de nostalgia, pero no olvides que los revolucionarios románticos exaltaban el pasado para lanzarse a continuación a las barricadas. La nostalgia es un estado natural del ser humano. Mi hija de catorce años es profundamente nostálgica. Es algo que está presente, pero no es lo único. No me gustaría pensar que mi blog abraza esencialmente la nostalgia. Lo he podido hacer en algún momento, pero no pienso que esa sea su línea fundamental.