martes, 17 de diciembre de 2013

¿Qué canción no olvidarías?

La música nos acompaña siempre. Todavía podemos recordar las canciones que de pequeños nos cantaban o tarareaban nuestras madres. En la escuela también pasamos gratos momentos en aquellas actividades que incluían música. Por lo general, buscamos las estaciones de radio donde se pueden escuchar las rolas que más nos gustan, de cualquier género, pero que nos emocionen, nos hagan olvidar los problemas cotidianos o, por el contrario, que los recuerden. En las fiestas terminamos cantando las que desgarran el alma y pedimos al cantante de ocasión aquellas que nos activen momentos trascendentales de nuestras vidas. Casi todos tenemos preferencia por uno u otro cantante famoso, vivo o muerto, actual o pasado de moda. Somos parte del acervo musical porque mantenemos vivas las composiciones musicales. Por eso, no importa si nos vamos como emigrantes a la Conchinchina, donde quizás la música no tenga nada que ver con nuestro pasado. Entonces, al presente también le incorporamos los sonidos que nos dieron identidad así vengamos de Brasil, el Congo, Haití, Rusia, Afganistán, España o China.

Sin embargo, hay canciones que nos duelen más que otras. Todo depende de la manera en que coincidan o no con nuestros sentimientos. Es difícil explicar lo que nos pasa por la mente al escucharlas. Es como una rebelión apagada, cuya fuerza se escapa en una lágrima o, quizás, en un movimiento de cadera, en una copa de ron, de vodka o de tequila. En fin, la música nos sirve como válvula de escape.


Han venido a mí estas ideas, precisamente, por una de esas canciones que se involucran en el pesar de la realidad cotidiana, esa que toca de alguna forma a quienes difícilmente regresemos a nuestros países de origen. El autor, un hombre que convierte en merengue las tristezas: Juan Luis Guerra. Antes había escuchado Visa para un sueño, pero la había disfrutado de otra forma, porque no tenía un sueño o, más bien, una visa. Ahora la escuché atentamente mientras seguía su ritmo que no me es ajeno. En verdad, no sé exactamente por qué estoy escribiendo todo esto, pero tengo la sensación de que, a lo mejor, son ideas que otros también comparten. Sólo para motivar sus emociones, les dejaré algunos vídeos de canciones sobre los que se van... (Bueno, los mantuve por un tiempo, pero desaparecieron como desaparecen las noches y los días. Tal vez tendrá que ver con eso que llaman derecho de autor).

Me gustaría saber qué canción de cualquier tema te llevarías contigo si tuvieras que ir a vivir más allá de tus fronteras.


Visa para un sueño - Juan Luis Guerra



No soy de aquí ni soy de allá - Facundo Cabral (interpretada por Alberto Cortez)



Mojado - Ricardo Arjona



El extranjero - Enrique Bunbury



     

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