martes, 1 de mayo de 2012

Amigos que se van


Hoy he visto la muerte de refilón, semioculta en las palabras, temerosa aún, intentando engañar mi sorpresa. Lo peor es que la encontré en los ojos de una amiga, en su mirada esquiva que llenó de preguntas mi cabeza. Entristecí sólo cuando descubrí quién era.

Han pasado unos seis meses desde la última vez que la vi y ya parece otra persona; tal vez de la familia, pero no es ella. La imaginé su hermana -si existiera-, más pequeña, envejecida, la cara enjuta y los ojos a reventar. Las cejas muy pintadas y su pelo distinto, artificial. La metástasis ha invadido su cuerpo, está más débil, ya no parece importarle las promesas de la quimio; sin embargo, se levanta cada día a su trabajo, se refugia en la iglesia, en la tranquilidad del reiki, en el veneno de alacrán como remedio; pero, sobre todo, en sus dos hijos, el menor con apenas nueve años. Su estado de madre soltera incentiva las dificultades, aunque no los límites. Sólo la muerte se los ha impuesto.

Todavía lucha, camina la ciudad, la despierta. A mí me dio fuerzas sólo verla. Ya lo había hecho con su ayuda en otras circunstancias. Entonces no tuve otra opción que admirarla.

Soy yo el único hilo conector entre vivirenotrastierras y el ocaso de esta amiga. De ella he recibido nuevas herramientas para blindar mi vida de inmigrante. Ojalá no hubiera sido de esta forma. ¿Por qué se van las personas que se entregan sin pensarlo? Quizá para dejarnos su nobleza.



Foto: dtl

2 comentarios:

  1. Es difícil comentar un artículo de la densidad del tuyo. No queda al lector (o espectador) ninguna posición digna. Ni la indiferencia ni la compasión por alguien a quien no se conoce. Solo sé de tu amiga el testimonio que has dejado que expresa tu relación con ella. Solo puedo considerar eso, lo que tú respetas de ella, lo que tú comprendes de ella y que te lleva a quererla. Ese es el mensaje. Casos como el de ella hay muchos, lo más emocionante es lo que a ti te conmueve y lo que has conseguido conmoverme a mí a pesar de que no la conozco y no la puedo comprender pero sí respetar profundamente, gracias a ti.

    Un abrazo..

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  2. Este escrito es de esos que tienen que nacer porque sí. No importan las consecuencias, es una necesidad interior, cuyo producto puedes compartir o no. Yo he decidido hacerlo (en este orden de prioridad) por mí, por mi amiga y por todos aquellos que han tenido cerca personas como ella.

    Gracias, Joselu, por dedicarle tiempo a mis tristezas.

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